domingo, 30 de agosto de 2009

El kiosco

Como muchas mañanas me he acercado al kiosco de prensa de la esquina y con gran sorpresa he observado que un año más se acerca el final del verano y la llegada del otoño, y un año más podemos ver cómo, además del comienzo de la vendimia, las últimas fiestas patronales y el amarillear de las hojas de los árboles aparecen las entregas por fascículos.
Es éste es un apartado editorial muy singular y variopinto. Los hay de tantos temas como inquietudes humanas. Parece ser que durante las vacaciones nos hemos hecho un replanteamiento de nuestras necesidades. Los hay de idiomas para los que hemos salido al extranjero y no entendiendo las cartas de los restaurantes hemos ampliado el conocimiento culinario. También aparecen los relacionados con la informática y otras profesiones por si nos planteamos cambiar la forma de ganarnos la vida.
Luego están los destinados desarrollarlas aficiones o habilidades. Digo que los señores de las editoriales cuando lanzan estas últimas colecciones deben de pensar en que como llega el invierno, pues tenemos más tiempo para estar entretenidos en casa o en los jubilados que así tienen excusa para salir de casa, se dan el paseo a por el pan y de paso al kiosco.
Casi todos hemos picado alguna vez con un primer fascículo de alguno de ellos, claro con precio tan promocional y la primera parte del diccionario como lo vas a dejar. Lo curioso es que casi nadie los termina y quedan olvidados en cajas, por allí, por los altos de los armarios. El diccionario suele quedarse en la letra “h”, el curso de pintura en un mero boceto. Y lo mejor de todo es que la maqueta del Titanic entre entregas y herramientas para su montaje nos va a salir a precio de yate, eso sí seremos la envidia de todos nuestros familiares y allegados por la ¿santa? Paciencia que hemos tenido.
Les dejo hasta la semana que viene. Voy a acercarme de nuevo al kiosco y ojear las entregas quizás me anime y dentro de poco les sorprenda enviando mis crónicas en punto de cruz o en figuritas de papiroflexia.

1 comentario:

Eva dijo...

Jo, a mi es que las figuritas de instrumentos musicales me parecen una monada. Son unos cabrones, me tientan.