jueves, 18 de marzo de 2010

SAN VALENTIN

Hoy en primer lugar quiero disculparme ante todos los radioyentes por pedir la voz prestada para hacerles llegar mis Crónicas, ya que medios técnicos me impiden enviar archivos sonoros y además quiero agradecer a las señoritas González y Rueda que me presten su voz por unos minutos para comunicarme con ustedes.
Como cada mes, Febrero también tiene una fiesta popularizada que festejar. Esta vez le toca turno a una que a mí, personalmente, cada vez me gusta menos. Hablo de San Valentín. ¡qué bonito es el amor! Y Qué triste tener que recurrir a un día señalado para celebrarlo ¿y que pasa si descubres que justo en enero el amor abandona tu vida? ¿te quedas sin manifestar tus sentimientos?
Estoy a favor de celebrar el No San Valentín porque el amor y el cariño no tienen límites y, por tanto, tampoco tienen fechas ni maneras de medirlo, así que no se porqué se empeñan en proclamar un día en el que todo queda invadido de corazones rojos, ositos y flores. O para los más ”innovadores” lencería y joyas. Soy más partidaria de vivir más intensamente este noble sentimiento, a fin de cuentas los grandes amores se alimentan de pequeños detalles. Vivamos el amor cada día y demostrémonoslo día a día .



Propongo además que se celebre el Día del Desamor, que es un sentimiento tan importante como el amor. Nadie podrá negarme que si un nuevo amor nos altera un desamor tampoco nos deja indiferentes, aunque a veces este último más que una pequeña desgracia puede ser una gran bendición.

A LOS QUE LIMPIAN


Otra semana más me encuentro con vuestra compañía y una vez más me aprovecharé de este momentito de atención que me prestáis a través de las ondas. Esta vez quisiera dedicar mi momento a toda esa gente que pertenece a un gremio al que valoramos bien poco, a todo un ejército de ciudadanos que velan por nuestra salud y seguridad. Queridos radioyentes, me refiero a los que limpian. A todos eso hombres y mujeres que nos liberan día a día de la mugre y demás virus.

Que sería de nuestras calles y plazas invadidas por cientos de papeles, colillas y otras tantas porquerías si los barrenderos no nos libraran de ellas. Y no me podrán negar la tranquilidad que nos da, en mitad de la noche, el sonido inconfundible del camión de la basura. En las zonas interiores nos encontramos con otro gran equipo de trabajo, las quelis. Todas esas mujeres que limpian las oficinas, los ambulatorios, las comunidades de vecinos y que son un servicio de información impresionante. Sólo ellas, y también cada vez más ellos, saben dónde se encuentra exactamente esa consulta u oficina a la que nos tenemos que dirigir. Todo el mundo está dispuesto a aplaudir al gran cirujano que efectúa una operación exitosa, pero todos olvidamos felicitar a la persona que limpió el quirófano a fondo evitando cualquier riesgo de infección.

Por último no puedo dejar de hacer referencia a todas aquellas personas que cuidan de nuestro entorno más cercano. Normalmente suelen nuestras madres las que se ocupan del aseo de nuestras casas, y que poco reconocido le tenemos su esfuerzo y dedicación, por eso os llamo a todos para que proclamemos un día internacional del personal de limpieza, agradeciendo así un servicio tan poco valorado pero tan importante como es éste.