miércoles, 6 de junio de 2012

PALABRAS MÁGICAS




No puedo decir que esta sea una historia extraordinaria. Realmente es una historia más de tantas, de las que ocurren constantemente en cualquier parte del mundo. Es una historia de las típicas en la que un hombre y una mujer se enamoran…..Porque nos guste o no el amor es el motor del mundo, su energía y  su calor.    ¡Cuántas horas perdidas! ¡Cuántas horas regaladas a la nada! Cuántas batallas derrochadas, malgastadas. Todo quedó desquebrajado gris y roto. Nada pudo salvarse, ni un pequeño átomo de aquella inconmensurable pasión usada tan sólo en el intento de aunar esfuerzos, ilusiones y sueños.
            Aquel amor había nacido como todos, de casualidad. Nació un día del que apenas recuerdo nada porque, como todas las cosas importantes que nos ocurren, nació en silencio, sin anuncio previo, sin que nos demos cuenta, sin avisar.
            Recuerdo una ciudad pequeña, una mañana temprano, un día más de los de ir a trabajar y de repente, en un cruce de calles, la misma persona con su continua rutina, como yo. Así día tras día  este cruce va tomando importancia para mí. Ver a esa persona es tan importante para que el día sea perfecto como el café del barecito de la esquina.
            ¡Qué plenitud! Llueve, pero el sol brilla. Nos hemos cruzado un día más. No se su nombre, no importa. Nuestras soledades se encuentran en mundos infinitos y aunque no se tocan se respiran…Están vivas…..Cruzan sus estelas sin tocarse e inundan el espacio de luz y calor llenando el vacío que nos rodea….Toman miles de formas vibrando llenos de color. Entonces nace un mundo nuevo, desconocido.
            ¡Qué pena! Aquel amor se había desgastado, y no usarlo, sino de todo lo contrario, se había marchitado sin ver la luz. Aquellos dos extraños se habían soñado durante mucho tiempo en esa lejanía cotidiana  de las personas que se ven y se hablan todos los días pero que, por seguir las normas establecidas a su alrededor, no bajan justo un escalón más y comienzan a comunicarse en otro nivel  distinto. Durante mucho, mucho tiempo amanecieron soñándose, construyendo ese momento preciso en el que un olor, una mirada, un roce, un tono de voz iba a producir la unión de dos universos.
Sin embargo, una de esas casualidades a las que muchas veces llamamos destino, hizo que a última de la tarde Roger entrara en la tienda donde yo trabajaba. El corazón se me heló, mis músculos se encogieron. Pasó por delante de mí y ni tan siquiera notó mi presencia. Del hielo pétreo de una estatua pasé a la oscuridad del barro sin cocer de una figurita. Estuvo hablando con uno de mis compañeros del cual era un viejo amigo. Salí del trabajo con el alma hundida en lo más profundo de la laguna Estigia, pero cuando ya lo di todo por perdido mi compañero Carlos me cogió del brazo y me dijo:

--¿Qué te pasa Carolina? Hoy me tienes preocupado. Te veo apagada, descolocada. Pasas demasiado tiempo sola. Temo que te conviertas en una vieja rodeada de gatos y tapetitos de ganchillo. Hoy me acompañarás. No, no te puedes negar es mi cumpleaños.
           
Así cogida del brazo de Carlos llegamos al cafetín de la esquina. Casi vuelvo a perder las fuerzas cuando Carlos le tocó el brazo a aquel desconocido y éste se dio la vuelta. Sus ojos grises me miraron con sorpresa. Roger estaba allí y yo no sabía que decirle. Afortunadamente Carlos nos presentó de inmediato y para seguir la conversación fue Roger quien, rompiendo el hielo, siguió hablando. Yo, por mi parte, no sabía ni tan siquiera de qué hablar y disimulé mi torpeza en una injustificada timidez que según  Carlos siempre me atacaba ante los extraños. ¡Ah! Bendita timidez y bendito aquel extraño  que conocía desde hacía tanto tiempo.
En algún momento que no recuerdo con precisión cuando cada uno ya marchaba  de vuelta a su casa me preguntó:
--Disculpa, tu cara me es muy familiar ¿dónde nos hemos visto antes?
--Cada mañana en el semáforo de la plaza de Calatrava. Bueno los fines de semana no porque, no suelo tener que ir a trabajar—Le contesté.
El se quedó gratamente sorprendido.
Aquella noche no hablamos mucho más. Era viernes y el fin de semana pondría tiempo y espacio entre nosotros. Desde aquel  día todas las mañanas cruzábamos un saludo en el semáforo de la plaza. Algunos días Roger pasaba por la tienda a saludar  a Carlos y, si había oportunidad, también a mí. Se despedía con un “nos vemos mañana”. Esa noche parecía que los duendes y las hadas durmieran conmigo. Sus palabras eran mágicas. Daban total sentido a mi vida. Nada podría ir mal. Eran mi talismán.

Pasaron los días, los meses y puede que hasta algún que otro año. Sería a finales de Marzo cuando Roger nos estaba esperando a Carlos y a mí frente a la tienda. Nos dio un apretón de manos y nos comunicó que al día siguiente su empresa lo trasladaba a una ciudad un poco más pequeña  a trescientos kilómetros de donde vivíamos. Nos invitó a visitarlo siempre que quisiéramos. Esa noche las puertas del Averno se volvieron a abrir para mí. Fue la primavera más gris que recuerdo.
 Nunca fui a visitarlo. Tenía noticias de Roger a través de Carlos y de alguna breve línea que nos escribíamos en Navidades y cumpleaños. Yo entonces cuidaba a mi madre. Fue después de morir mi madre y de  dejar de trabajar en la tienda cuando me decidí a visitar a Roger. Había tardado demasiado tiempo en hace mi pequeña maleta y encaminarme a la estación. Aún ahora me sobrevenían las dudas. No estaba convencida de que aquella decisión fuera la más acertada. Era consciente de que lo que iba a encontrar después de tantos años podía haberse desarrollado de cientos de maneras. También sabía que muchas de ellas no tenían porqué agradarme e incluso que la realidad no se correspondería  con lo que tantas veces había imaginado. Cada vez que el tren paraba en una nueva estación sentía un impulso irrefrenable de bajarme. Pero ¿para qué?, ¿para volver?. Para volver a mi vida de todos los días, para volver a levantarme abriendo la ventana  de mi casita modesta con su jardincillo, que, a fin de cuentas, era el que medía el paso del tiempo de mi vida. Una estación nueva, otro año, otra primavera, otro otoño, otra vez las ramas desnudas. Otra vez aquel pinchazo n el corazón. Habían pasado demasiados años y el corazón empezaba a dolerme sin consuelo. Ya era un dolor crónico, tan fuerte que me obligó a  coger unas pocas cosas y salir sin decir nada a nadie. Al único que podría haber avisado de mi viaje era a Carlos.
A medida que el tren se acercaba a su destino. Un miedo incomprensible empezó a invadirme. Salí de la estación y busqué un hotel donde alojarme. Era un hotelito pequeño, sin lujos pero coqueto. Más bien era  una pensión de fachada clara con macetas en sus balcones y ventanas. La habitación daba a una calle principal. Era luminosa y muy cómoda. Hacía muchos años que no salía de mi pueblo y este viaje me estaba sentando bien. Después de instalarme recorrí las calles principales del pueblo buscando alguna señal. Tenía miedo de no reconocerlo, de que ya no se acordara de mí. Sabía que él también seguía solo porque de no ser así, de haber tenido una familia jamás me hubiera subido a aquel tren. Como se acercaba la hora de comer me aventuré a entrar en el cafetín con el fin de reponer fuerzas. Me encantaba el olor a cafetería. El ruido de las tazas, el calor humano que hay en ellas. Me senté frente  a una ventana para ver pasar a la gente. El ruido del ambiente me aislaba en mis pensamientos. Sin quererlo una voz sobresalió de entre todas las demás. Mis venas se volvieron a helar como hacía años. Me levanté de la silla, turbada sin saber qué reacción esperar. Me planté justo detrás de aquel señor con el pelo un poco más canoso, más encorvado y le toqué en el hombro. Dos grandes ojos grises se abrieron sorprendidos al verme. Volvía sentir como la vida recorría de nuevo todas mis arterias, mis músculos y llegaba hasta el alma. Volvía de nuevo la primavera. Mi invierno había terminado. Después de los saludos  de rigor y las preguntas de cortesía salimos de la cafetería y nos despedimos. El ritmo del tiempo que quedó detenido, congelado años atrás puso de nuevo su mecanismo en marcha. De  sus labios volvieron a surgir las palabras mágicas: “nos vemos mañana”.











           

           

jueves, 26 de enero de 2012

Constelaciones

Una de las cosas buenas de mi trabajo es que me permite conocer a mucha gente. Gente mayor, joven, de las más variadas profesiones, pero sobre todo personas, con sus ilusiones y sus miedos. No todos comparten con nosotros sus inquietudes porque, al fin y al cabo, somos extraños, desconocidos con los que no tenemos por qué compartir nuestros tesoros emocionales. Pero a veces la intuición y el trato con la gente te hace vivir momentos entrañables con esas personas  que van de paso, en principio, y que terminan quedándose en nuestros corazones y quiero creer que también nosotros nos quedamos en los de ellos.
En algunas ocasiones sientes que podrías haber dado un paso más en la relación, haber llegado a una verdadera amistad, pero el miedo a empezar y no ser correspondido o quizás que nos conocemos en un lugar de paso nos frena o quizás el no disponer del tiempo y la ocasión adecuada para darle el mimo que toda relación que empieza se merece. También tengo la impresión de que muchas personas siguen aún en la época adolescente, hay que estar guapos y ocurrentes para triunfar en las relaciones sociales y ligar ¿para qué?, ¿ para practicar sexo? Y ¿Qué pasa con el resto de las emociones? Lo que de verdad nos hace sentir especiales no es un buen  numero de amantes ni de encuentros amorosos, si no tener alguien con quien compartir deseos, ilusiones, momentos buenos y malos, compañeros de batallas y correrías. Esas personas son las que nos hacen sentirnos importantes. Lo somos para ellos, nos hacen crecer y llenan nuestra vida de luz. Nos acompañan en el camino de la vida y le dan sentido a cada amanecer, nos hacen sentir que no estamos solos, que dentro de este inmenso universo que es la humanidad, formamos parte de una constelación y que brillamos con cierto sentido, así encontramos sentido a nuestra existencia.

jueves, 5 de enero de 2012

NAVIDAD……….POR FIN SOLOS

Después de mucho tiempo sin manda letras, me he decidido a compartir con todos esta pequeña reflexión. Parece que justo cuando llega finales de Diciembre el resto de los mortales se acuerda que tiene a algún ser querido,(familiar o amigo), que vive sólo, sin parentela cerca. Todo el mundo lo llama para invitarlo a cenar y comer:
-Pero por favor, cómo vas a comer solo en estas fechas, te dicen esperando a que tu cedas y te acoples en su mesa. Ellos por su parte ven crecer un poquito su ego porque se sienten más apreciados por ti que el resto de tus conocidos. No quieren darse cuenta de que en estas fechas precisamente los que eligen pasar esos días solos lo hacen para sentirse más seguros de que lo están todo el año por que quieren, porque lo han elegido así. Y quizás a los que están solos por causas ajenas a su voluntad, estas fechas en soledad les sirven para autoafirmarse, como si de un examen final se tratara, y hacerse ver que han superado la difícil batalla de convivir con uno mismo día a día. Muchas veces los que invitamos a estos apreciados amigos no nos damos cuenta de que una de las tradiciones más arraigadas en la cena es la discusión en familia y que a nuestros amigos y familiares solitarios no tiene porque apetecerles participar en esta tradición.
También es cierto que hay personas a las que solo les dedicamos un mensajito de acercamiento en estas fechas y que, por diferentes razones, durante el resto del año no saben de nosotros ni nosotros de ellos. Para mí no tiene sentido felicitar a todos los que están en nuestras agendas, porque nos guste o no muchos no están en nuestros corazones y tampoco nosotros en el de ellos. Si en realidad este es tiempo de reflexión sobre la paz y el amor habrá que dejar de lado la agenda y buscar en el directorio de seres cercanos, de los que están ahí por siempre y para siempre. Así que como pretendo serme fiel a mi misma a todos los que me queréis y me ayudáis a seguir adelante en este largo sendero que es la vida, no puedo dejar de deciros que aunque estoy lejos yo también os quiero, que no os invitare a mi casa en estas fechas ni espero que me invitéis y os tenga que decir que no voy y que como dinero no os puedo mandar, pues os mando un millón de abrazos y os deseo que 2012 sea vuestro mejor año.

domingo, 30 de octubre de 2011

DESPAAAAACIOO.

Despacio pasa el tiempo para los que esperan, ya sea bueno o malo lo esperado. Despacio se consumen los días llenos de su monotonía cotidiana y rutinaria. Despacio ha llegado el otoño, tan despacio que casi ha llegado este año vestido ya de invierno. A veces, parece que despacio pasa nuestra vida, aunque realmente pasa más deprisa de lo que en realidad nos gustaría. Despacio caminan las personas que están de vacaciones u ociosos y pueden pararse a saborear a pequeños sorbitos la vida. Si tan importante es gastar el tiempo despacio, entonces, ¿por qué corremos continuamente? Vivimos como locos, sin darle sentimiento a lo que hacemos, con una falta de espacio vital que nos ahoga la mayoría de las veces.

Por suerte o por desgracia nos ha tocado envejecer durante más tiempo, nos ha tocado vivir más años, así que ya no tiene ningún sentido correr. Ahora que podemos vivir más tendremos que aprender a vivir mejor, saboreando cada instante y cada momento, aprendiendo de todo lo que nos rodea. Quizás así consigamos ser un poco más sabios, más empáticos con los demás, más consecuentes con nuestros actos y también tendremos que aprender a convivir mejor con nuestros disgustos y nuestras alegrías. Es curioso cómo estamos convencidos de que la vida de los demás es más interesante, más entretenida, más dinámica y exitosa, aún no sabemos querernos y apreciar lo bien que lo hacemos, cuanto nos esforzamos para superar esa rutina y llenar la vida de ilusiones y alegrías y compartirlas con los que queremos y con los que deseamos que nos quieran día a día. Dicen que los suspiros son los besos no dados, así que propongo que dejemos de correr, cojamos aire y suspiremos , este beso es el mejor regalo que podemos hacernos, entones veremos como la vida cambia pero no de color sino de tono y se llena de claridad y calor. Claro está que si tienes a alguien a quién darle ese beso…….. aprovecha, aprovecha…….ya verás como no se niega.

domingo, 23 de octubre de 2011

EL VOLCÁN SOLIDARIO

Nos ha tocado la lotería. Llevábamos un décimo y nos ha tocado. Como archipiélago de origen volcánico que somos nos ha salido un volcán. Más concretamente en la isla de El Hierro y gracias a ello las islas Canarias han vuelto a los mapas y al conocimiento de media humanidad. Como paradoja comentar que todo este revuelo ha surgido en un lugar llamado el mar de Las Calmas y que  aunque es un hecho histórico nos ha destrozado una de las reservas marinas más bonitas y más rentables de las isla porque detrás de cada reserva marina que se precie siempre hay una buena cantidad de buceadores dispuestos a visitarlas. El caso es que cuando todos estábamos emocionados con ver emerger un volcán de fuego de entre las aguas, va el fenómeno y se vuelve solidario con la mayoría de los canarios y se para. 

Ahora tenemos un parado más y es que los canarios son así todo sentimiento y espontaneidad. No sabemos que hacer si suspirar aliviados porque nuestros vecinos evacuados del pueblo evacuado de La Restinga han podido volver a sus casas, o por el contrario echarnos a llorara porque nos hemos quedado sin fondo marino que nos daba par comer y para ir pagando otras cosillas con lo que se sacaba del turismo dedicado al buceo. Si al menos hubiera salido del agua un pequeño cratercito hubiéramos tenido motivos para reconvertir el turismo, pero de momento veo que nos vamos a quedar co las ganas, aunque quien sabe quizás el volcán nos esté reservando una sorpresa y esté esperando la llegada del nuevo año para comenzar al ritmo de la sociedad que lo va acompañar y nos cambie las tradiciones en vez de las 12 uvas puede que en 2012 regalemos 12 piedritas de basalto.

martes, 18 de octubre de 2011

El otoño que nunca llega y la crisis que nunca termina.

Dicen que al mal tiempo buena cara, pero en estos tiempos que tan cuesta arriba se nos están haciendo, al menos el otoño se resiste a llegar y el verano a marcharse. Acostumbrados a los cambios estacionales empezamos a cansarnos del calor y empezamos a echar de menos las mangas largas. Los jerseys y los abrigos nos piden a gritos que los saquemos del armario y los escaparates, vemos temerosos como se nos derrite el turrón en le parque o en la playa y en vez de renos y camellos Papá Noel y los Reyes Magos usarán motos de agua y tablas de surf para repartir los regalos  surfeando por el cielo azul. Todo son indicadores de que tenemos que cambiar nuestra manera de pensar, de ver la vida, y todo parecen ser ventajas, nos ahorraremos un dinerito en calefacción y contaminaremos menos, también tendremos que gastar menos dinero en abrigos, haremos más vida social porque las terracitas de los bares estarán más tiempo expuestas y no nos dará pereza quedar y dedicar momentos a nuestros amigos. Sin haberlo pensado parece que todo este revuelo de cambios nos lleva a una etapa de tranquilidad y armonía, en la que los momentos para el diálogo se multiplican.¿nos estaremos acercando por fin a la paz mundial? Ojalá sea así y si para conseguirla tenemos que sufrir un eterno verano, pues que así sea¡ vivan el gazpacho y la sandía!, ¡Vivan las sandalias y las mangas cortas! Lo que peor voy a llevar va a ser la falta de lluvias, pero quien sabe quizás tengamos periodos de lluvias suaves que reverdezcan los campos y todo se llene de flores y no de hojas.

sábado, 15 de octubre de 2011

De vuelta

Una vez más y coincidiendo con el comienzo del curso escolar vuelvo a encontrarme con todos vosotros. Ya tenía ganas y os echa también de menos. No volvemos al magazine de "¿hay alguien ahí?" porque esa etapa en Radio Ritmo Getafe ya terminó, pero seguro es os sorprendemos con otro proyecto de radio. Me han asegurado que mi sección Cronica de TierraCabras continua, pero aunque no siga emitiendo inentaré seros lo más fiel posible y reunirme con vosotros cada semana.

Un abrazo muy fuerte desde la isla tranquila

domingo, 20 de marzo de 2011

Carnaval, carnaval

Buenas tardes, retomo las crónicas desde esta tierra lejana. Por fin tengo algo que contaros, tenemos la tierra llena de guiris que a falta de desierto y pirámides, han aterrizado aquí,, que debe  de ser lo más parecido al norte de África  que las agencias de viajes han encontrado.
Además las calles se nos han inundado de agua y de colores, no recuerdo unos carnavales tan pasados por agua. A los ayuntamientos que lucen bajos prepuestos, les ha venido que ni pintado, porque así tienen menos actos que suspender, pero a la gran afición carnavalera nos han aguado las fiestas literalmente. Este año hace bastante fr4ío y los disfraces de bajo coste  no resultan tan vistosos cuando te los tienes que poner encima de capas y capas de ropa. Aquí los bailes de carnaval son de amanecida, es decir te pasas la noche en la verbena al aire libre. Aún así las ganas de pasarlo bien no nos la quitan nada ni nadie. En mi pueblo nos han quitado la gala de la reina, con la que sinceramente no se pierde gran cosas, pero también nos han quitado la gala Drag, que es mucho más vistosa y entretenida. Os invito a buscar en youtube la gala drag de las palmas, donde hay un nivel muy bueno. También os invito a buscar algo típico de este mi pueblo los arretrancos  (autos locos) y los achipencos en versión acuática. Son el eje de nuestros carnavales junto con el coso carnavalero, la cabalgata de carrozas y disfraces con los que cerramos una de la fiestas más esperadas y en las que más gente participa, de hecho en el momento en que te plantas una mascarita y dices “ño chacho que calufa” y “papas” ya puede decirse que estas plenamente integrado en la vida social canaria. El entierro de la sardina no tiene mucha trascendencia aquí que se comen viejas y es frecuente ver en las pescaderías: Tenemos viejas secas.

En fin aquí les dejo, que me voy a preparar mi mascarita de hawaiana para el sábado, si se apuntan ya saben, vengan preparados con ropas varias y ganas de pasarlo bien. : Esto es carnaval, esto es carnaval.

REBAJAS

Se acerca el final de una de mis etapas favoritas del año…las rebajas. Es uno de los momentos que más me gustan, en invierno porque en los centros comerciales se está calentito y en verano por el aire acondicionado y porque puedes pasarte horas y horas, buscando esa gangaza con la que deslumbrar a todos, porque, seamos realistas, ¿quien lleva el modelito de la última temporada?, Hagan repaso…..nadie que conozcamos, asi que porque renunciar a ropa a estrenar a unos precios casi de chino. Sin ir más lejos, conseguí un bikini por tres euros cuando su precio en temporada era de dieciocho euros. Estas cosas me maravillan. No doy crédito a ellas, porque si pueden rebajarlo tanto ¿Por qué no lo ponen a ese precio desde el principio? Personalmente me viene muy bien tanto descuento,ya que dada mi escasa vida social, no necesito mucho fondo de armario, con lo que en estos tiempos de austeridad que corren me vienen que ni pintadas las rebajas para ahorrar unos euritos. Además en época de rebajas aparecen diseños de lo más variopinto que fácilmente podemos aprovechar para ir dando forma al traje de carnaval.
 A esto le añado el atractivo de ver a la especie humana como hormiguitas,buscando y rebuscando entre los montones de oportunidades que se despliegan ante nuestros ojos, a cual más tentadora. Lo que menos me gusta es que cuando te enamoras de una prenda en concreto y esperas encontrarla en ese momento tan especial de las rebajas, resulta de hay de todas las tallas menos de la tuya o de todos los colores menos el que tu habias elegido y te vuelves hasta otro montón de oportunidades, que es así como a mí me gusta llamar a las rebajas, buscando otro atractivo premio de consolación.

¿Jubilarme yo?

Una nueva era comienza para casi todos nosotros, esta semana he descubierto que tengo pocas posibilidades de convertirme en un miembro vital de este nuestro sistema social: de convertirme en jubilada. Echando cuentas a los sesenta y cinco no tendré cotizados los cuarenta y un años que se necesitan, así que tendré que buscarme otras alternativas para pasar una vejez más o menos digna. Cierto es que aún me queda un largo camino hasta los sesenta y cinco, pero tal y como están las cosas tal vez tenga que hacer un replanteamiento general de la vida.
De momento he pensado trabajar hasta que el cuerpo literalmente me aguante y después ir buscándome trabajillos de becaria precaria. Resulta paradójico tener que recurrir a trabajitos y menudencias como cuando empezamos a buscarnos las habichuelas justo en un momento de la vida que deberíamos estar dando lecciones magistrales o dedicándonos a la vida contemplativa, también es posible que siguiendo esta última  opción me haga definitivamente hippy y termine mis días en una comuna haciendo artesanías para vender en los mercadillos.  Sea como sea, parece que hasta el estado se resiste a que nos hagamos viejos y caducos. A nuestra generación le ha tocado producir, producir y producir ¿dónde? Eso no nos lo dejan muy claro ¿en qué condiciones? Tampoco están por la labor de ponérnoslo fácil. En vez de caminar hacia el primer mundo en post del estado del bienestar social parece que queremos retroceder en el tiempo y situarnos en aquella época tan competitiva de los inicios de la Revolución Industrial. ¿Qué opción será la que finalmente vivamos?
Esta incertidumbre afortunadamente nos da la sal de la vida. Pero esa es otra historia que dejaremos para otro día

POR FIN TERMINARON LAS FIESTAS

Por fin terminaron las fiestas, que levante la mano quien se haya saltado alguna en estos quince días tan locos, vaya …. No veo muchas manos levantadas. Desde poco antes de Nochebuena todo ha sido quedar con la gente,( algunos a los que no veíamos en meses o incluso años), brindar, comer, otra vez quedar brindar y comer, con los amigos, con la familia cercana, con la lejana, con los compañeros de trabajo y con los compromisos varios que iban surgiendo. Para rematar las largas y contundentes jornadas gastronómicas no podíamos prescindir de nuestro tradicional Roscón de Reyes (Lo siento Santa Claus pero en esto, te ganan Sus Majestades los Reyes Magos).

Las madres y otros anfitriones de cada casa a la que vamos a comer o cenar compiten tanto en cantidad como en variedad de platos a exponer en eternas mesas que muchas veces parecen ensayos de banquetes de bodas, eso sí parece que todos coinciden en ponernos gambas o langostinos ya sean cocidos o a la plancha y entre las carnes destacar el cordero. Todo ello acompañado de ricas exquisiteces, quesos, fiambres y postres y por supuestos vinos y bebidas espirituosas para hacer las digestiones y levantar las copas y los ánimos. Después dicen que hay gente pasando hambre por esos mundos. Este año yo había propuesto para el menú sopita de pollo, huevos fritos con setas, pimientos y chistorra, buen pan, buen vino y de postre arroz con leche, piña o natillas, pero mira tu por donde nadie me hizo caso y me vi obligada a tener que acompañar a los que más quiero en esas cenas tan contundentes que año tras año van haciendo mella en mi figura.
 Para quitarme el cargo de conciencia por mis excesos culinarios y los kilitos que se me van acumulando os propongo empezar ya la operación bikini y hacer vida sana, dieta no que no debe ser bueno comer sólo lechuga, sólo hay que ver a las vacas que no están flacas, bueno las de la India si, pero como son sagradas, no cuentan. Lo dicho que en vez de dieta, comamos en plato pequeño y en vez de gimnasio pues a ir andando , y andando andando hemos llegado hasta el 11, Feliz 2011.


FIN DE AÑO

Después de varias semanas de ausencia me vuelvo a poner en contacto desde TierraCabras. Nos queda muy poco para terminar  el año y menos mal, porque en el último mes estamos teniendo más contratiempos que en todo lo que llevamos de  año. Dejaré las tierras majoreras para volar, al revés que las golondrinas, a tierras meseteñas españolas por aquello de pasar las fiestas en familia. Sin ser creyente mis miradas y pensamientos se dirigen al cielo con cierta insistencia. ¿Podré coger mi vuelo? Todo está a merced de los temporales y los señores controladores, que todo hay que decirlo, han sido los únicos capaces de poner en jaque a los que nos gobiernan y hacer que las protestas del ciudadano de a pie lleguen a sus oídos. Por supuesto que no los disculpo por haber chafado el merecido descanso del puente de diciembre que los ya de por sí quemados curritos tanto nos merecemos disfrutar. Dicen que al mal tiempo buena cara pero cuando te toca luchar contra el viento huracanado y las lluvias torrenciales no hay buena cara que valga. Esto de vivir en una isla tiene sus inconvenientes y uno de ellos es que cuando nos asoma una alerta de temporal  no hay manera de entrar ni de salir de la isla, ni por mar ni por aire.
Tengo la leve esperanza de que no haya más incidencias y me dejen pasar unas vacaciones tranquilas, sin sobresaltos, sin miedo a que surjan imprevistos y me hagan volver con más estrés  que con el que me voy. En realidad no voy del todo contenta a pasar frío porque las navidades en las islas sin mucho frío ni nieve y aunque resulte un poco chocante comerse los turrones en manga corta, tienen un encanto especial. No hay cosa más divertida que felicitar el Año Nuevo desde la playa, especialmente cuando a los que felicitas están pasando un pelín de frío. En vez de árbol de navidad a veces adornamos palmeras y pitas, los belenes los hacemos de arena y grandes, para poder pasear entre las figuras y los camellos de los Reyes Magos aquí llegan antes, es lo que tiene vivir casi en África.

LOCURA EXISTENCIAL

Hay días en los que la vida debería ser perfecta pero mira tu por dónde que tu interior  se empeña en sacarle todo lo malo, días en las que las canciones romanticonas y tristes se vuelven la banda sonora de los momentos más especiales y me pregunto…. ¿esto será por nuestra condición de seres masoquistas que necesitan siempre un pero?
Dicen que en estos momentos suelen aparecer las musas y los artistas crean sus obras maestras, tal vez porque intentan salir de esa espiral tan tonta en la se cae y atraer así las energías positivas. A mi lo que me da resultado es escuchar canciones antiguas, cocinar y como no, un clásico entre los clásicos, ir a cortarme el pelo,…. pero cortito. También me pide el cuerpo coger el coche y conducir sin rumbo. En esta tierra de cabras no tengo mucho que recorren por lo que rápidamente me  encuentro con que  he llegado a algún rinconcito mágico que me devuelve las energías,.Lo más curioso es que después, cuando quiero volver a encontrar ese lugar no soy capaz. Imagino que los ojos del alma con que miras los paisajes son muy distintos de los que utilizamos cuando no tenemos los sentidos alterados por las malas energías y los sentimientos patas arriba.
Por cierto aprovecho para hacer apología de esta mi tierra y si alguno de vosotros estáis pasando por un momento de flaqueza existencial os invito a que vengáis a recuperaros  a esta mi isla tranquila, donde los relojes apenas existen y la tierra, aunque parezca áspera, y la luz transmiten una calidez mágica. Tal vez porque es una isla vieja, la abuela de todas las islas y si te dejas envolver por su ambiente es como volver a cada domingo de aquella infancia que pasamos con nuestros abuelos. Eso si ponte una fecha de vuelta porque corres el riesgo de que te atrape  y te quedes para siempre.

domingo, 10 de octubre de 2010

EL OTOÑO ATACA DE NUEVO

El otoño representa para todos la vuelta al cole y a la rutina , y en este mundo nuestro, cada vez más de adultos jóvenes y tiposos, el otoño significa el regreso al gimnasio. ¿Porqué vamos? Por una cuestión de salud, pero no física sino mental. La culpa se la vamos a echar al síndrome postvacacional porque vayamos donde vayamos de vacaciones siempre te encuentras a alguien que te toca la moral. Y es que aunque, nos parezca mentira, somos muchos los que lucimos tripita, esa a los que muchos llaman cervecera.
Basta con llegar al pueblo a visitar a nuestros seres queridos, menos mal que nos quieren, porque lo primero que nos dicen es ¿Cómo estás? Parece que te va bien porque estás más…más…fuertecita. ¿fuertecita? No, lo que de verdad te quieren decir es : vaya vidorra te pegas si vienes con cinco kilos de más.
Y si vas a la playa, ya es para reventarle el subidón de egocentrismo al más pintado, porque en bikini o bañador no hay donde esconder ese cuerpo natillas que la naturaleza te ha regalado. Así los primeros días de playa te los pasas contemplando a los más atrevidos que pasean su palmito a la orilla de la playa y comentando: Mira que tripa tiene ese,  mira que bañador más feo, mira que mal le sienta el pareo, vaya color más deslucido tiene aquel, se le nota que acaba de llegar, y un sin fin de variedades más. Todo para disculpar nuestra figura.
Pero la realidad es que no estamos preparados para encontrarnos frente a frente con nosotros mismos. En vez de ir al psicólogo y que nos tomen por locos, nos apuntamos al gimnasio, por razones de salud les decimos a los demás, pero en un rinconcito de nuestra mente sabemos que lo hacemos con la esperanza de que cuando llegue el verano nos reconozcamos un poco mejor y no nos de tanta vergüenza mostrarnos como somos. Si no logramos alcanzar el prototipo de belleza de moda ya no será culpa de nuestra genética sino del monitor del gimnasio que no supo ponernos la tabla de ejercicio adecuada.

martes, 5 de octubre de 2010

..................EL FINAL DEL VERANO.............


El final del verano llegó …. Y tú partirás….. Esto decía la canción de los años 60 pero afortunadamente en este caso no es así . Nosotros volvemos en una nueva temporada, desde Tierra de Cabras celebramos encontrarnos de nuevo con vosotros, como cuando de pequeños volvíamos al cole y nos encontrábamos con nuestro amigos. Empezamos una nueva temporada llena de aventuras que contar. Por aquí, como en todas partes, el protagonista del verano han sido el calor, los vuelos retrasados y las vacaciones de bajo coste, aderezado de las visitas de familiares y algún que otro amigo imprevisto  que se ha dejado caer por casa. He echado en falta las reformas caseras, los robos de los pisos y los abandonos de perros y abuelos en las gasolineras, de lo cual me alegro.  Por supuesto se han mantenido esos grandes clásicos que son las fiestas de los pueblos con sus verbenas para  ver bailar a los abuelos haciéndose los modernos y que los adolescentes aprovechan para liberarse de los horarios estrictos de algunos padres. A grandes rasgos, parece que este verano ha pasado sin pena ni gloria porque, hasta la canción del verano la ha heredado del pasado mundial de futbol. ¿Hay alguien que no haya bailado el waca-waca?. La campaña de la DGT ha sido suavecita, También nos han faltado el posado de la famosa de turno en bañador y las películas de vaqueros en la sobremesa. El romance del verano  lo hemos heredado del Mundial de Futbol, el color indiscutible del verano fue el rojo, como el de las alertas por los incendios que desgraciadamente también han aparecido por toda la geografía española. Nos han faltado una frase célebre sacada de algún anuncio,
una prenda de moda o un muñequito chorra que regalar a los sobrinos o adornar nuestros bolsos.
Así empezamos a prepararnos para el invierno, con un otoño que parece resistirse a llegar, disfrutando de los últimos días de sol y playa…..porque otras cosas no tendremos,  pero playas  y sol  hasta el infinito y más allá.