martes, 13 de abril de 2010

Semana Santa

Por fin acabamos de pasar la Semana Santa. Aunque siempre estoy a favor de conservar las tradiciones porque, queramos o no, forman parte de nuestra forma de entender la sociedad que nos rodea, he de decir que la Semana Santa me parece la más horrorosa de todas nuestras fiestas. Llevamos poco más de 2000 años recordando el sufrimiento más espantoso que pudo tener un hombre de aquella época, y digo yo: ¿no tuvo el pobre bastante con sufrir una vez que todos los años se lo tenemos que volver a recordar con tantos detalles?

La gente se manifiesta en contra de las corridas de toros porque los animales sufren y son sangrientas y en estas fiestas sacan a un pobre hombre maltratado, ensangrentado, con una cara de sufrimiento que te arranca el alma, y no contetos con eso aparecen detrás de cada paso los penitentes, esos hombres y mujeres que caminan descalzos, de rodillas, con los brazos en cruz y vete tú a saber cuantas formas inimaginables más de sufrimiento. Todos tan felices, tan orgullosos de demostrar su fe y lo mucho que quieren a su Dios. Pues si de verdad tanto lo quieren que lo recuerden en las fiestas, cuando multiplicaba los panes y los peces y convertía el vino en agua o cuando iba ayudando a los enfermos y que no lo recuerden sufriendo.

Bastantes sufrimientos vemos ya todos los días, si no hay más que poner los telediarios que no nos ponen más que desgracias. Más felices seríamos todos si imitáramos los buenos momentos de los que a lo largo de la historia nos dejaron sus ejemplos. Si embargo en un alarde de masoquismo generalizado nos dedicamos a conmemorar las grandes desgracias de la historia

1 comentario:

Señor Pato dijo...

Te van a excomulgar por hereje...