
En algunas ocasiones sientes que podrías haber dado un paso más en la relación, haber llegado a una verdadera amistad, pero el miedo a empezar y no ser correspondido o quizás que nos conocemos en un lugar de paso nos frena o quizás el no disponer del tiempo y la ocasión adecuada para darle el mimo que toda relación que empieza se merece. También tengo la impresión de que muchas personas siguen aún en la época adolescente, hay que estar guapos y ocurrentes para triunfar en las relaciones sociales y ligar ¿para qué?, ¿ para practicar sexo? Y ¿Qué pasa con el resto de las emociones? Lo que de verdad nos hace sentir especiales no es un buen numero de amantes ni de encuentros amorosos, si no tener alguien con quien compartir deseos, ilusiones, momentos buenos y malos, compañeros de batallas y correrías. Esas personas son las que nos hacen sentirnos importantes. Lo somos para ellos, nos hacen crecer y llenan nuestra vida de luz. Nos acompañan en el camino de la vida y le dan sentido a cada amanecer, nos hacen sentir que no estamos solos, que dentro de este inmenso universo que es la humanidad, formamos parte de una constelación y que brillamos con cierto sentido, así encontramos sentido a nuestra existencia.
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