jueves, 26 de enero de 2012

Constelaciones

Una de las cosas buenas de mi trabajo es que me permite conocer a mucha gente. Gente mayor, joven, de las más variadas profesiones, pero sobre todo personas, con sus ilusiones y sus miedos. No todos comparten con nosotros sus inquietudes porque, al fin y al cabo, somos extraños, desconocidos con los que no tenemos por qué compartir nuestros tesoros emocionales. Pero a veces la intuición y el trato con la gente te hace vivir momentos entrañables con esas personas  que van de paso, en principio, y que terminan quedándose en nuestros corazones y quiero creer que también nosotros nos quedamos en los de ellos.
En algunas ocasiones sientes que podrías haber dado un paso más en la relación, haber llegado a una verdadera amistad, pero el miedo a empezar y no ser correspondido o quizás que nos conocemos en un lugar de paso nos frena o quizás el no disponer del tiempo y la ocasión adecuada para darle el mimo que toda relación que empieza se merece. También tengo la impresión de que muchas personas siguen aún en la época adolescente, hay que estar guapos y ocurrentes para triunfar en las relaciones sociales y ligar ¿para qué?, ¿ para practicar sexo? Y ¿Qué pasa con el resto de las emociones? Lo que de verdad nos hace sentir especiales no es un buen  numero de amantes ni de encuentros amorosos, si no tener alguien con quien compartir deseos, ilusiones, momentos buenos y malos, compañeros de batallas y correrías. Esas personas son las que nos hacen sentirnos importantes. Lo somos para ellos, nos hacen crecer y llenan nuestra vida de luz. Nos acompañan en el camino de la vida y le dan sentido a cada amanecer, nos hacen sentir que no estamos solos, que dentro de este inmenso universo que es la humanidad, formamos parte de una constelación y que brillamos con cierto sentido, así encontramos sentido a nuestra existencia.

No hay comentarios: