domingo, 1 de agosto de 2010

CLÁSICOS DE VERANO.


Como cada año la temporada de verano comienza con el chupinazo que tráfico llama: “operación salida”, y es que además de los coches en dirección a los puntos de playa, empiezan a salir otras cosas en verano. Por ejemplo las aceras se llenan de sillas y mesas, de camareros que nos esquivan con bandejas llenas de cervezas fresquitas y , como no, de otros clásicos del verano, la sangría y el tinto de verano. A nosotros nos aparecen unas lorcillas de chichas a las que solemos llamar flotadores y que lucimos con más o menos gracia. A mi siempre me surge la duda de si esa lorcilla me salio este invierno o ya la tenía y se camufló en los jerseys durante el invierno. Me sirve de excusa para comprarme camisetas nuevas que me la disimulen. Lo que me sienta peor es ponerme el bañador, porque entre el blanco nuclear de mi estupendo cutis y el cuerpo que aparece bajo la ropa ni me reconozco cuando me miro al espejo. Pero volviendo a las terrazas de los bares, no llego a comprender porque la sangría solo se toma en verano o porqué no hay terrazas en invierno con lo bueno que es el frío para la circulación. Y la cervecita con limón, popularmente Sandy, siempre está igual de buena. Otra cosa que aparece en verano son los polos de hielo. ¡Qué buenos ratos nos han hecho pasar de pequeños y no tan pequeños! Junto a ellos aparecen los kioscos de helados y los puestos de sandías y melones y la gente que se sienta al lado de las fuentes y se para cerca de los aspersores de los jardines para disimuladamente, mojarse….. ¿acaso alguna vez no lo habeis echo?. El verano es sin duda la época en la que nos permitimos ser zangolotinos y volver a recuperar las travesuras de la infancia.

Por cierto feliz verano y no olviden hacer travesuras que es lo que de verdad rejuvenece el cuerpo y el alma……..

MI CALLE

         
           Vivo en una ciudad pequeña, pero la más grande de una isla pequeña. Mi calle es una de las principales, en ella hay muchos comercios y los coches bajan por ella . Hasta aquí no tiene nada de especial. Es una calle más de un pueblo cualquiera. Pero  cuando la miras despacio y te paras en su esquina, te das cuenta de que no es un lugar como otro cualquiera. La gente se mira con complicidad. Una complicidad que sólo da el roce diario,  a veces distante pero siempre constante. Ya sabes que el chico de la camiseta, que vive enfrente aparca su coche cerca de la panadería que su madre compra las lechugas a la vuelta que su novia trabaja en la papelería. Poco a poco se van enlazando unos personajes con otros y ves que todo a tu alrededor tiene sentido, sientes un arropo que no puedes sentir en otro sitio porque tu lugar está aquí, en esta cadena de complicidades. Muchas veces deseas vivir en otros lugares, pero es sólo por que al ser humano le gustan las novedades, como se dice por aquí, lo que le gusta al ser humano es novelear para después contárselo a la vecina del quinto c, la que se casó con un comerciante que un día se fue a por tabaco y nunca volvió…………Si fomentáramos más Radio Patio no tendrían tanta audiencia los programas de cotilleo.

Estoy convencida de que en cada calle de cada barrio hay un microcosmos pero dudo que te atrape tanto como el de mi calle, donde algunos vecinos hemos retrocedido en el tiempo y hemos dado un paso más, nos atrevemos a comunicarnos a compartir poco a poco pinceladas de nuestras aburridas vidas…¡ Quien sabe! lo mismo con los calores del verano las tertulias que vamos formando en la puerta de la carnicería las cambiamos a tertulia de la noche, sillas de camping incluidas.  Desde la calle del pez para Radio Patio….. seguiremos informando.


       

Ya no hay hombres tristes en el mundo.

     En primer lugar quiero pedir disculpas porque este texto iba a ser colgado antes del Mundial de Fútbol, pero por problemas técnicos no he podido colgarlo antes........de todas formas espero que os guste.


          Y supongo que también habrá mujeres que  se alegrarán  de que se celebre este fenómeno social: El mundial de futbol ¡Que gran momento! Cuatro años esperando para que los mejores guerreros de cada país se disputan el honor y la gloria. El premio Nobel del balón y las botas. El sentimiento de nación nos une  cada vez que nuestro equipo se enfrenta a otro país, parece que los españoles nos ponemos de acuerdo en dos ocasiones:

para comernos las  uvas de fin de año y  para apoyar a nuestra selección. Este sentimiento nacional donde mejor se vive es en los bares, hay que ver como nos gusta un partido en un bar, claro que dónde mejor para gritar y festejar al unísono todos los goles, las faltas, criticar al pobre señor de negro, que además de no poder tocar el balón, tiene que correr de un lado para otro cargado con un pito y un manojo de tarjetas. Vivimos con mayor fervor estos encuentros deportivos que las resoluciones de la ONU, que por otra parte parecen mucho más aburridas. Otra cosa muy graciosa de los grandes acontecimientos deportivos es que a raíz de cada uno de ellos surge un muñequito al que llaman mascota y que, caramba, son derroche de imaginación, porque cada vez son más feos, a veces no sabes si lo que tienes delante es una mascota o uno de los proyectos de los dibujos de Monstruos S.A. Personalmente no me gusta el futbol, lo siento , lo he intentado, pero me supera, no encuentro la manera de comprenderlo sin embargo he de admitir con cierta envidia que ver como la gente disfruta en compañía y crea un ambiente tan sano para ver los partidos de la selección, es razón más que justificada para que se celebren mundiales cada 4 años.Este año los futboleros y futboleras no podrán quejarse, porque entre la Ligua , la Copa de Europa  , la Copa del Rey  y ahora el mundial, futbol han tenido…….pa aburrir