viernes, 2 de octubre de 2009

¿UN CAFÉ?.....¡OOOOLÉ!

Este sin duda es uno de los alimentos que los adultos más disfrutamos. Tomarnos un café nos proporciona grandes momentos, alimenta nuestro cuerpo y nuestra alma. Nadie duda de las buenas cualidades de esta bebida, siempre que se tome con moderación, claro. Lo que no pregonan tanto es el papel de gran moderador social que realiza.¿quieres tratar un negocio? Vas a tomar un café, ¿para solucionar un conflicto familiar? Quedar para un café. ¡Cuántas primeras citas se han producido en un coqueto café de barrio. Si quieres comentar algo bueno o desahogar las penas, lo haces con un café. Y cuantos momentos de tranquilidad nos han dados los cafés mientras leíamos un libro o el periódico.
El perfume del amanecer está compuesto sin duda de dos de los mejores aromas del mundo: el del pan caliente y el del café recién hecho. Aquí donde el clima invita a hacer vida en la calle el café tiene un vestido para cada hora y momento del día. Para desayunar café con leche, corto (en vaso de caña) o largo en taza grande para mojar el bizcocho, sin olvidarnos de los parroquianos que acuden cada mañana a celebrar sus “oficios” y se toman su cafelito bautizado con “agüita” espirituosa, vamos lo que nosotros llamamos carajillo. A media mañana llegan los cortados de leche líquida (de la leche de esas vacas que aquí no hay), cortado de leche condensada, que son muy exóticos en la capital del reino.(Allí los llaman un café bombón) y nuestros queridos cortaditos “leye y leye”, es decir con un poquito de leche condensada y el resto de leche líquida. Para merendar se admite cualquiera de las variedades mencionadas en las modalidades de largo o corto (en taza o vaso más o menos grande).
Para el verano tenemos el granizado de café o a su hermano de barrio el café con hielo.
Como en el fútbol también empezamos a hacer fichajes extranjeros como el capuchino, el café irlandés, el vienes con su nata….Humm, por la hora que es voy a ver si encuentro a alguien que quiera venir a tomar un cortadito, yo de los clásicos, con leche líquida. Arréglense que les espero en el café de la esquina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmmmm, sí a lo del café. Pero no. A mí, personalmente, me encanta el Cola-Cao. Por eso, pido un Cola-Cao y automáticamente el amable hostelero sabe qué hacer. Pone el vaso, yo echo el Cola-Cao y acto seguido arroja la leche calentita hasta la mitad, para deshacer el producto, mientras espera mi orden de leche templadita o caliente. Sin más. No existen cafeteros. Tan sólo...¡¡horteras!!Caprichosos y sibaritas de un producto que tan sólo entra bien por el olfato y putea a los camareros. Vosotros, cafeteros, concursais por ver quien es más original pidiendo algo tan sencillo...
Taza o vaso; largo o corto de café;expresso o americano;largo o corto...¡de agua!!con nube o sin nube; corto largo de leche, pero sin ser café con leche;con o sin azúcar; con leche condensada o sacarina...todo, para evadir que el café es un producto amargo, que nos atrae por su olor, pero disfrazamos para poder beberlo. Coño! ¡¡Si hasta pedís despues de beberlo un vaso de agua o un lingotazo!! Os invito a tomar el café, como mi padre, un auténtico cafetero, sólo y sin azúcar. Con un par. Como también tomo yo el Cola-Cao. Porque me gusta el Cola-Cao. Sólo y a cucharadas si hiciese falta. El café, la gran estafa...¡¡Arriba el Cola-Cao!! Y además, qué narices, hace falta tenerlos bien puestos, para ir trajeado con un grupo de compañeros de curro y pedir un Cola-Cao a media tarde. El Cola -Cao, es de valientes y auténticos. Gente que hace las cosas rápido y no ocupa la mesa de un bar 3 horas con la excusa de un café y un vasito de agua por 2,60€...
El café...para el resto...

Me encanta tu blog. Y el olor a café recién hecho...Un besino, Maculada.
Carlos.(sí, servidor.)

Anónimo dijo...

Yo coincido con carlos, prefiero el colacao aunque tienes razón; el café es un elemento importante en las reuniones sociales, tanto como el TV en un almuerzo familiar corriente. Me gusta el blog MUYAYA, escribo a 3 metros de distancia de tu lugar de trabajo. (Nacho)